domingo, 15 de febrero de 2009

Palau de la Música - Concierto de Aranjuez

Anoche estuvimos en el Palau de la Música, asistiendo a una sesión de música clásica que como colofón final programaba el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo.

Empezó con El Amor Brujo, de Manuel de Falla. Siguieron Carmen, de Bizet y Fantasía para un Gentilhombre, de Joaquín Rodrigo, para acabar con el mencionado Concierto de Aranjuez.

Acostumbrado a otro tipo de directos "algo más modernos", no deja de ser impresionante ver tocar a unas cuarenta personas a la vez, capaces de, sin un solo cable, llenar de agradable sonido un lugar como el Palau de la Música. El entorno: la espectacular sala, la elegancia de los intérpretes, la esquisita música y el respetuoso público te abstrae, liberándote por un rato de las prisas y el ajetreo del "mundo exterior". Los músicos levantándose durante los aplausos duraderos entre piezas, el tío del triángulo con su propia partitura... diferente.

El stuff: La sinfonietta de Sofía (orquesta búlgara), con su director Svilen Simeonov, y el guitarrista argentino Rolando Saad para la segunda mitad del programa. (La guitarra sí que llevaba un micro).

Los temas o piezas, magníficos (maldigo a los fabricantes por hacerme pensar en lavadoras y neveras al oír ciertos fragmentos de Carmen). Y un final de concierto con los pelos de punta (y el kleenex en la mano) al escuchar en vivo el increíble Concierto de Aranjuez.

Impresionante ver la capacidad virtuosa de un guitarrista clásico. Un espectáculo soberbio (para quien pueda aguantar más de dos horas de música clásica, claro, porque los niños de la fila de atrás, arrastrados por su padre a tal evento, no parecieron disfrutar en demasía del concierto. Pobres...

Por cierto, se confirma la pandereta, como instrumento superior: tras haber comprobado que, sin sonorizarse, es capaz de hacerse oír por encima de guitarras eléctricas y las baterías más contundentes, ayer demostró que, golpeada delicadamente por los dedos de su dueño, también es sobradamente capaz de elevarse por encima de trompetas, violines y contrabajos...

1 comentarios:

Dani R. dijo...

Impresiona la capacidad que tiene una orquesta para hacerse oir sin amplificacion, verdad? Y lo equilibrados que suenan todos los instrumentos sin necesidad de mesa de mezclas.