martes, 23 de octubre de 2012

George Mileson en Luz de Gas

El viernes pasado George Mileson nos trajo su tributo a Bruce Springsteen a Barcelona. He ido a ver tributos a Beatles, U2, Police, Rolling y Dire Straits (of course). Me faltaba el Boss (entre otros), así que allí que fuimos. Y hombre, aunque me esperaba un poco más, estuvo bien. Oír en directo los temas de Bruce es un gran espectáculo y Luz de Gas es una sala genial para un directo (eso sí, no se te ocurra pedir nada en la barra! $$$). Además estaba lleno de gente, por lo que había un ambiente de concierto de rock estupendo.

La banda era completita: además de Mileson, que hacía las veces de Springsteen (en voz, Telecaster, armónica e incluso una pieza al piano), había guitarra eléctrica, bajo, batería, pianista (con teclado y piano de cola), saxo, acústica y corista. El sonido global fue realmente bueno: cada instrumento en su lugar, muy bien equilibrado, y transmitiendo la fuerza y/o la sensibilidad de los temas en su medida justa. Musicalmente el peso lo llevaron el guitarrista, el pianista y el batería y a mí me dio la impresión que eran los mejores músicos de la banda, conduciendo los temas en algún momento en el que alguien se iba por donde no debía. (Porque hubo algunos fallos, seguramente debido a que era una banda formada para  la ocasión, no músicos que llevasen tocando juntos desde siempre).

Sobre el protagonista de la noche, George Mileson no tiene la voz de Springsteen, pero por suerte no intenta imitarla. Canta los temas con su propia voz, una buena voz, eso sí. Lo que sí parece que tiene es la energía del Boss, o al menos la intención de darlo todo en el escenario. Porque los gestos, poses, acercamientos a los músicos, excentricidades rockeras (subirse al piano), son muy “de Bruce”, pero de manera muy natural, no una simple imitación. También mantuvo un buen feedback con el público, dirigiéndose a nosotros en muchas ocasiones.

Y el repertorio, para todos los gustos, desde los primeros discos al último, pasando por la etapa en solitario del tributado. Alrededor de 2 horas y media, con una progresión de temas muy acertada, manteniendo un ritmo muy rockero y metiendo algunos temas más tranquilos en los momentos adecuados. Acabaron con un par de rock’n’rolles muy movidos (aunque el espacio entre uno y otro fue excesivo, rompió un poco el ritmo).

Es posible que, en conjunto, a los más puristas no les guste este tributo. Pero si te dejas llevar disfrutarás de lo lindo con los temas de Bruce Springsteen. Nosotros pasamos un buen rato!

Y mención especial para el saxo, Alain, un amigo con el que toco en un grupo y que aunque nunca había escuchado a Bruce Springsteen se preparó e interpretó su parte francamente bien.

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