jueves, 20 de junio de 2013

DNIs, Infantas y políticos...



Es escandaloso como los políticos protegen a “los suyos” ante delitos que éstos cometan. Presiones a jueces, fiscalía defendiendo a acusados, indultos a corruptos… pero lo último con lo del DNI de la infanta es ya de chiste.

O sea, resumiendo, a ver si lo he entendido bien: primeramente a la infanta Cristina parece que Hacienda le reclamaba que no había declarado los ingresos de unos 4 millones de euros (ná, una minucia) por la venta de 13 propiedades. Pero ahora Hacienda (que somos todos) dice que ay, que no, que todo ha sido una confusión de DNI. Que enresultadeque en esos trámites con esas 13 propiedades hubo un error con el DNI y se puso el de la mencionada princesita. En esos trámites participaron en total hasta 4 registradores y 4 notarios, vaya, que no es un error puntual, ni un error en el que una misma persona ha caído. No, 8 personas distintas cometieron el mismo error, confundiendo el DNI de “alguien” por el de la infanta, cuyo número es… 14 (joder, canta un poco ver un DNI así como para que sea un error tan habitual, no?).

Lo flipante es que se ha llegado a un nivel tal que el político de turno puede inventarse una excusa, por descabellada que sea, para justificar (o para encubrir) que no todos somos iguales ante la justicia. Y piensa (o más triste, sabe) que no va a pasar nada, que somos tontos del culo y tragamos. La verdad es que entre los que se lo creen, los defensores de la causa (el partido, la monarquía…. lo que toque en cada caso) cual fanáticos religiosos, o los que no ven manera de cambiarlo (si no es a palos), ya suman un total suficiente como para que estas cosas cuelen.

Es del todo indignante. En Catalunya hay un sentimiento independentista como nunca, que por cosas así espero que llegue a culminar en algo, a ver si nos libramos de tanta calaña: chupópteros, ladrones, fascistas… la lista es larga (otra cosa es que luego haya que hacer limpieza en casa, ojo). Lo que me extraña es que ese sentimiento no crezca en todas las comunidades autónomas!

Agh, qué asco.

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