Bruce Springsteen en Barcelona 17/05/12
El pasado jueves 17 Bruce Springsteen tocó en l'Estadi Ol·límpic Lluís Companys. Yo estuve allí, con otras decenas de miles de personas, que se dice rápido. He aquí mi pequeño testimonio del espectacular evento.
Fui con mi novia y un amigo y teníamos entradas generales, por lo que acordamos ir pronto a hacer cola, para intentar ver al Boss de cerca. El día anterior nos enteramos de que a las 17:00 ya había gente haciendo cola, y se tenía previsto repartir en algún momento pulseras que darían acceso a la zona Pit, la privilegiada zona de acceso limitado justo delante del escenario. Surgió la idea loca... y nos lanzamos!:
- Día anterior, 23:30: llegamos a l'Estadi. Nos marcan en las manos los números 254-256 y nos apuntan en una lista. Hay ciertas horas (17:00, 20:00, 0:00, 7:00, 10:00, 12:00, 14:00) a las que tenemos que presentarnos para pasar lista. El tema, organizado por el Club de Fans oficial, está bien pensado: se trata de que sean los primeros de la cola los que tengan pulsera, pero de esta manera no hace falta pasar 24 horas delante de la puerta, solo no faltar a los recuentos. Hay un número X de pulseras... entraremos?
- 0:00: se pasa lista. Empezando por el 1, cuando llega a nuestros números decimos el nombre y ya nos podemos ir a dormir, hasta la siguiente llamada a formar filas.
- 1:00: en casa, a prerarar los trastos para pasar el día en Montjuïc y a dormir.
- 5:30: despertador, ducha, vamos para allá. Esperamos que no llueva...
- 7:00: recuento. Alguno no está, se tacha su nombre de la lista.
- 9:00: tras un intento de "siesta" en el coche, bajamos a Poble Sec para comprar pan y embutidos.
- 10:00: recuento. La lista es ya de unas 400 personas. No deja de llegar gente. Nos vamos colocando en una fila a la que sólo tenemos acceso los que tenemos número. En ella conocemos los números cercanos, me entrevista una chica de RAC1, nos llueve un rato...
- 12:00: los números van por el 680, pero no hay recuento. Parece que la organización del concierto ha dicho que no quiere tanta gente por ahí, que no se salga la cosa de madre. Se repartirán números hasta el 1000 y aunque habrá pulseras para más, sólo entrarán de forma ordenada estos 1000, por estricto orden de numeración controlado por el personal de acceso al recinto. Suerte para los que se han saltado los pases de lista, ya que la lista desaparece y sólo manda el número en la mano. Eso sí: a las 15:00 tenemos que estar en la cola, y no movernos ya hasta que abran las puertas.
- 13:00: nos vamos a los jardines que hay en los alrededores, encontramos un banco en una zona tranquila, nos preparamos unos bocatas y comemos tranquilamente.
- 14:30: volvemos, picamos en el merchandising (camiseta + programa)
- 15:00: nos ponemos a la cola.
- 16:00: reparten las pulseras! 1000 personas en fila ordenada, nerviosos. Y a continuación se van añadiendo gente y más gente. A partir de aquí dejamos de ver más allá de las vallas (parecemos infectados en cuarentena, pero no me muevo de ahí ni que me muerda un caminante)
- 18:00: se abren las puertas, entramos... el enorme estadio impresiona tan vacío. Nos dirigimos al escenario, y acampamos ahí, a 4 escasos metros de la valla que nos separará de nuestro ídolo.
- 20:00: nos ponemos ya de pie, por que la gente se empieza a poner nerviosa, van apareciendo "listos" que a llegando los últimos intentan avanzar puestos... De pie la gente ocupa menos, por lo que nos quedamos a 2 míseros metros de la valla. Una posición que ni había soñado para un concierto así!
- 21:45: tras 3 cuartos de hora (por lo que supimos después los accesos se complicaron y hubo atascos para entrar) suena "Last Dance" de Donna Summer, aparecen los músicos, la E Street Band... y Bruce Springsteen!
Empieza el concierto!
Sinceramente: a las 21:44 yo estaba realmente hasta los mismísimos! Después de estar desde las 7:00 esperando por los sitios, sentado en el duro suelo, largos ratos de pie, para pasar casi dos horas apretado entre sudorosos fans sin que empezara el concierto, casi llego a desear que se anulase el concierto y nos mandasen a todos a casa. Pero entonces sale Springsteen y le veo, ahí, más cerca de lo que veía al profe en clase. Y antes de que llegue siquiera al micro, a mi ya se me ha puesto la carne de gallina y se me han pasado todos los males.
Os juro que en ese momento me doy cuenta de que sólo por ese primer minuto delante de uno de mis ídolos a una distancia como para verle los poros de la piel, toda esa incómoda espera ha merecido la pena!
El setlist empieza con Badlands, aunque me cuesta reconocerla, porque durante los 2 o 3 primeros temas el sonido me pareció bastante malo. Costaba reconocer instrumentos, melodías... hasta que los técnicos ajustaron el sonido para adecuarlo a las 55.000 personas que ahora llenaban el estadio.
Pero después, tal como esperaba: casi 3 horas y media del buen rock de este gigante. Como siempre, dándolo todo, con una energía impensable a sus 63 años (aunque hay que reconocer que los escalones hicieron algo de mella en él). Este hombre en directo es termendo: canta y toca cada canción como si fuera la última.
Con el primer tema, la intensidad se mantuvo incluso en los temas más tranquilos o de aires más folk. Y es que la energía que esta banda transmite es tremenda.
Sólo hubo un par de momentos de calma, cuando Springsteen recordó a los miembros ya desaparecidos de la E Street Band, como Danny Federici y por supuesto The Big Man Clarence Clemons. Éste último, el miembro más querido, posiblemente, por los fans, tuvo un sentido homenaje con imágenes de su trayectoria musical.
Aunque el espíritu del genial saxofonista estuvo bien presente, y no sólo porque el público gritara su nombre cuando The Boss preguntó si echábamos en falta a alguien. Y es que el relevo del saxo lo ha cogido su sobrino, Jake Clemons, quien defiende sin duda dignamente su derecho a la sucesión.
Y ya que hablo de los miembros, decir que además de la E Street Band, de la que faltaron los mencionados Clemons, Federici y Scialfa ("... és a casa, amb els nens!" dijo Bruce), acampañaban esta vez 9 músicos más, además de Jake Clemons: 4 vientos, 3 coristas, una guitarrista-violinista y un percusionista. Sin duda este acompañamiento musical enriqueció mucho la música de Springsteen, tanto la más rockera como la más intimista.
Y como siempre, ahí estuvo mi favorito: Nils Lofgren. Y es que no sé por qué me da la impresión de que que este pedazo de guitarrista siempre ha quedado un poco ensombrecido por el tandem Springsteen - Van Zandt. De Steve Van Zandt me gusta como toca, su imagen de estrella del rock, y el juego que da en el escenario con Bruce. Pero pienso que Nils Lofgren tiene más recursos y aporta mucha más versatilidad a la música del jefe.
En fin, que un conciertazo. Y además el poder vivirlo desde tan cerca es un lujazo. Te hace vibrar de otra manera. De hecho hubo un momento que miré a la gradería, desde donde he visto otros conciertos, y pensé que quien lo veía desde esas localidades estaban, como en otra fiesta, lejana, más fría...
Una noche, legen...
...daria.