Gary Moore en Barcelona
Anoche, en el Club Sant Jordi, como parte del 20º Festival de Guitarra de Barcelona, Gary Moore actuó presentando su nuevo disco Bad For You Babe
Antes de hablar de este pedazo de bluesman, simplemente decir que como telonero tocó Amadeu Casas, un genial guitarrista de blues de nuestra Catalonia.
Más sutil que quien vendría después, pero con mucho estilo y talento, Casas nos deleitó durante una media hora con su estupenda música, acompañado de lo normal: bajo, batería y teclado. Elegante interpretación, como elegante el sonido que provenía de su Fender Bassman combinado con Stratocaster o ES-335, contrastando, aunque dentro del mismo estilo, con la furia saturada que instantes después nos llegó de la mano de Moore, sus Les Paul's y Marshall's.
Arrancando con la conocida Oh Pretty Woman, Moore presentó su nuevo album combinándolo con sus grandes exitos como Since I Met You Babe, Walking By Myself o Too Tired.
Un repertorio exclusivo de Blues, dejando a un lado, al menos por esta noche, sus éxitos más metaleros, pero con la marca personal de Moore: mucha potencia, mucha saturación, mucho volumen. Su personal voz y su agresiva guitarra nos hicieron olvidar durante 2 horas el blues tradicional acústico que dio origen a un estilo que medio siglo después aún hace vibrar a millones de personas. Y ser testigo de eso, desde la fila 8 de una sala como la del Club Sant Jordi... te pone los pelos de punta.
No había visto a Gary Moore en directo antes, y aunque quedé prendado de su música desde que le descubrí hace ya unos añitos (¿te acuerdas Dani, a raíz del Blues Alive del hermano de Meri?), no imaginaba que a sus 57 años todavía sería capaz de tocar así en un concierto. Gran velocidad y salvajismo, peligroso a la hora de tocar, ya que o se es muy preciso en lo que se toca, o se puede convertir en una bola de distorisión muy heavy pero poco musical. Pero con todo eso, las melodías de los solos se distinguieron perfectamente.
Sus acordes, bendings, sustains, acoples y solos. Un recital de blues-eléctrico difícil de repetir (bueno, siempre quedará Bonamassa, pero cuenta con las ventajas de tener la mitad de edad y haber podido mamar de gente como Moore).
Y al final cuando se marcha después de un bis, con miles de personas en ese momento pensando "no nos puede dejar así!" vuelve... y nos deleita con la archiconocia y tremenda Parisienne Walkways. Los pelos como escarpias; cantada como siempre, tocada como nunca, un solo final eterno... o eso hubiéramos querido, porque todo tiene un final...
Dani, Puji y yo salimos impresionados, e incluso a Noemí le gustó mucho, y aunque no conocía los temas de antes, eso no le impidió "bailar" los temas (estábamos sentados). Una gran noche para terminar esta semana del rock.