jueves, 25 de diciembre de 2008

No es lo mismo...

No es lo mismo... como diría Alejandro Sanz (hola, si lo que has buscado en google era algo de Alejandro Sanz y has acabado en este blog, deja algún comentario, anda, no seas sos@).

Pues sí, lo de estas fiestas, ya no es lo mismo. Atrás quedan los años en que para Noche Buena nos juntábamos con la familia (la parte de mi padre) en casa de mis abuelos. Los canelones de mi yaya, el vino con gaseosa, por pequeños que fuéramos. Los primos (aquellos críos) preparábamos unos villancicos para interpretar después de la cena, con la cortina de los yayos como telón, nuestras flautas dulces, los que no, de viva voz... la lágrima asomando en los ojos del yayo Mimo cuando cantábamos El Tamborilero y el esperado "paseillo" final esperando recoger algunas pesetillas (cuando caía una moneda de "20 duros" era todo un acontecimiento) y repartiéndolo después entre los seis (jódete SGAE, de aquéllo no viste ni un duro...). Luego, mientras los padres charlaban (o se peleaban) en la mesa, nos íbamos a jugar a la mítica habitación de la lotería (Dani, tú la conociste, verdad?).

Los años han pasado. Algunos se han ido, y los que no, hemos crecido. Y no es lo mismo. Creo que parte de la magia de estos días está en los niños (afortunadamente la parafernalia religiosa es cada vez menos presente, ay! ya lo he dicho, si es que no puedo callarme!). Y cuando ya no quedan niños se entra en una especie de transición hasta que vuelva a haber críos liándola por la casa de los abuelos (los "nuevos" abuelos). La otra parte de magia, la de "jutarnos todos" flojea cuando ya no están todos. Y aunque es algo que tenemos presente siempre, se hace más patente estos días de "forzada felicidad".

Por suerte, a pesar de que ya no jugamos a canicas o a pistoleros, los primos seguimos llevándonos realmente bien y nos lo pasamos estupendamente cuando nos juntamos. Gracias a ellos estas fechas son hasta soportables. Les adoro.

Y además hay otras cosas que nunca cambian, tradiciones arraigadas en muchas familias que se ponen de manifiesto estos días más que nunca:

Y mañana, a celebrar que han pasado estos dos días, y que llegan las esperadas "vacaciones de fin de año".

Un abrazo,
stratoscrooge

1 comentarios:

Dani R. dijo...

Dios! La habitación de la loteria, menudo recuerdo.

Has retratado lo que comunmente se llama "ley de vida". Tu mismo planteas la nostalgia y tu mismo planteas la solución: pronto (o no tan pronto) seras tu quien se emocione al ver a 6 chiquillos interpretando el Tamborilero y el que se rasque el bolsillo para soltar alguna moneda de euro.

Mientras no llegue ese momento disfruta de tus "Navidades de transición" lo mejor que sepas.

Cada momento tiene su magia.