Holy Motors - Festival de Sitges 2012
Estos días ha tenido lugar el 45 Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, el Festival de Sitges, para abreviar. Como hacemos desde hace unos años, en cada edición intentamos ir a ver una o dos películas de las más de 200 que suelen proyectarse. Y aunque a veces te topas con alguna patata (Finisterre, hace un par de años), ir al festival merece mucho la pena. El ambiente que hay en el pueblo rezuma pasión por el cine y sumado a que se trata de un género que me atrae especialmente, la sesiones son puras fiestas del séptimo arte con las que disfrutar especialmente.
Y este año ha sido algo más especial, ya que la película elegida ha resultado ser la triunfadora del festival: Holy Motors. Leos Carax, 2012.
El protagonista es Monsieur Oscar (Denis Lavant), quien cada mañana se sube a la limusina que conduce Céline (Edith Scob) para trabajar. Le esperan varias citas a lo largo del día, y en cada una, Oscar se transformará, a base de maquillaje y vestuario, en un personaje diferente, escenificando así diferentes episodios de lo más dispar.
Este experimento de Carax nos habla de la identidad contando de esta peculiar manera una serie de historias que van desde el drama al surrealismo, con el hilo conductor de la limusina que recorre las calles de París mientra su extraño pasajero interactúa con sus habitantes de múltiples formas. Y es que cada escena es una pequeña perla de cine, con detalles que demuestran una gran maestría en la narración y/o en la interpretación. Y es que Denis Lavant, se sale. Los 11 personajes que interpreta a lo largo de la película están verdaderamente bordados.
Me gustaría aquí hablar de alguna de las escenas, de alguno de los personajes, como la de sexo, como la del "monstruo"... pero creo que es mejor que quien vea la película lo haga con la menos información posible, para descubrir poco a poco y por sí mismo la belleza de esta obra de arte. Vedla y charlamos en los comentarios del post.
Merece mucho la pena ver este film. Pero hay que tener el corazón abierto y no esperar nada más que disfrutar de esta locura visual que Carax nos ofrece. No es una película para pasar la tarde, ni entretenerse un rato... está totalmente al lado opuesto del entretenimiento a lo que nos tienen acostumbrados. Hay que verla con la única intención de abrirnos al arte, de apreciar la forma, más que el contenido, de cada una de las historias que nos cuenta Oscar. De echo, cuando acabó me vinieron a la cabeza las razones que dice el gobierno ha tenido para subir el IVA del cine: el que sea un entretenimiento, y no cultura. Pues esta, en particular, es cultura, sin duda.
Si por lo que he dicho os parece una película "rara", estáis en lo cierto: es rara de narices. Y es un film que encaja perfectamente en un festival de género como el de Sitges. Por lo visto en el festival de Cannes de este año la película pasó sin
ningún premio, después de ovaciones y abucheos al mismo tiempo. Y es que si la veis puede que os enamoréis de ella o la odiéis, pero cualquiera que se considere un aficionado al cine debe verla. No digo que os tenga que gustar o no, pero hay que verla. A mí me encantó.
- Se encuentra bien, Monsieur Oscar?
- Céline... hay días en los que una sola muerte no es suficiente.
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